lunes, 16 de noviembre de 2009

Heráclito y la Armonía Invisible

[Nota: el siguiente texto fué escrito en 2002 como tésis para la materia Filosofía Antigua de la Licenciatura en Filosofía de la USAL, Cátedra Poratti-Varela. El mismo fué revisado en el 2007 para su publicación en la revistá Lektón (www.lekton.com.ar), año 1, N° 1, y luego revisado nuevamente para su publicación en acerca del no ser. El autor permite la copia, distribución, exhibición del mismo -incluso la agradece-, a cambio de la cita correspondiente]


Introducción

La intención de este trabajo es lograr una comprensión del fragmento 1 que revele más que una interpretación original –de las cuales ya hemos visto unas cuantas- una cierta verdad, un discurso, en la medida de lo posible, sistemático. Para lograrlo, nos proponemos desentrañar, a la vez, los conceptos de phýsis y lógos, es decir, los componentes de aquello que Heráclito llama “la armonía invisible” (Cfr. 22 B 54).

En primer lugar presentamos el fragmento, primero en su versión transliterada. La idea es que su traducción, al final del trabajo, haya alcanzado un nivel de claridad suficiente como para hacer las veces de conclusión de aquél.

Sexto Empírico, adv. math. VII, 132:

Enarkhómenos gnoûn tôn perì phýseos ho proeireménos anèr kaì trópon tinà deiknùs to periékhon phesí toû dè lógou toûd’ eòntos aeì axúnetoi gínontai ánthropoi kaì prósen è akoûsai kaì akoúsantes tò prôton ginoménon gàr pánton katà tòn lógon tónde apeíroisin eoíkasi, peirómenoi kai epéon kaì érgon toioúton, hokoíon egò diegeûmai katà phýsin diairéon hékaston kaì phrázon hókos ékhei: toùs dè állous anthrópous lanthánei hokósa egepthéntes poioûsin, hókosper hokósa heúdontes epilanthánontai.

Preferimos no comenzar directamente con la traducción ya que esto puede condicionar al lector. Si bien se suele ver a lógos como la palabra más compleja, como la clave del pensamiento heraclíteo, preferimos, por cuestiones metodológicas, examinar y desarrollar el concepto de phýsis y el significado exacto de katà phýsin diairéon hékaston. Luego pasaremos por los conceptos de érgon y lógos.[1]

Phýsis

“’Nature’, for them, never meant the world or the things wich go to make up the world, but something inhering in these things wich made them behave as they did” R. COLLINGWOOD, The idea of Nature

Se ha propuesto una gran cantidad de traducciones para esta phýsis. Algunas de ellas muy atinadas, pero todas en conflicto permanente. El interés que tenemos por interpretar correctamente y en primer lugar a phýsis se debe a una cuestión metodológica. En el fragmento 1 nos informa Heráclito de su manera de analizar las cosas, que es katà phýsin, ‘según phýsis’. Tal vez una correcta interpretación de este pasaje podría ser un punto de partida para iluminar algunos problemas planteados por el efesio, o bien por la crítica.[2]

Para revisar, en primer lugar, el concepto mismo de phýsis en general y a lo largo de todo el pensamiento griego apelamos a O. Gigon, Problemas Fundamentales de la Filosofía Antigua[3]. El sustantivo phýsis deriva etimológicamente del verbo phýomai, que designa el proceso de crecimiento biológico, con preferencia vegetal. En términos abstractos, es el ‘estado normal deseable’ de todo ser vivo; es un punto medio entre la exageración y la desfiguración.[4] La palabra griega carga con una tradición peculiar: muchos sustantivos derivados de verbos se dividieron a lo largo de la prehistoria de la lengua griega en dos: los de sufijo ‘–ma’ y los de sufijo ‘–sis’[5]. Los primeros designan una acción acabada mientras que los segundos, esa misma acción en proceso[6]. Así, por ejemplo, del verbo mantháno (‘aprender’) obtenemos los sustantivos máthema (‘cosa adquirida por el conocimiento’) y máthesis (‘aprendizaje’), práxis y prágma del verbo pratto, póiesis y póiema de poiéo. Phýsis también tiene su equivalente con sufijo –ma: phýma, que designa algo acabado que contribuyó de alguna manera o fue el protagonista del ciclo biológico; su traducción más corriente es ‘excremento’.

Por lo tanto, podemos aventurar: phýsis implica para los griegos algo que persiste en el tiempo, que, por decirlo de alguna manera, se regenera[7], o mejor: una entidad –si la quisiéramos singularizar- que, por tener contacto pleno con todo lo que vive, nunca deja de ser.

En Heráclito, phýsis no designa solamente un estado ideal, sino aquello que se encuentra por detrás y dentro del proceso vital, aunque no se haga manifiesto. En tanto criterio de análisis, phýsis significa una determinada manera de ver las cosas que demanda hacer abstracción de ellas y colocarlas fuera del transcurso del tiempo, entendiendo al mismo en su sentido más primario: una sucesión de instantes; o bien en el más vulgar de los sentidos: una serie de eventos dispares, aleatorios, dentro de los que prima una cierta cantidad de actividades que tiende a repetirse[8]. El efesio toma, por ejemplo, al día y a la noche, los abstrae de su oposición tradicional y los ve como uno (el día, claro está, no es otra cosa que lo que no es la noche)[9]. Un objeto analizado katà phýsin se manifiesta de forma absoluta.

Tomemos, por ejemplo, el oscurísimo 22 B 45: “marchando, no encontrarás los límites de la vida (psykhé[10]), tan profundo es su lógos”. Esto significa: viviendo no verás (o pasarás por) tu nacimiento ni tu muerte, ya que el fundamento de la vida (es decir, el hecho de vivir con respecto a la posibilidad de haber muerto o de no haber nacido[11]) es demasiado profundo. Vivo, uno no puede dar cuenta de los límites de la vida. Para ver estos límites, para acceder a tamaña conciencia, el único camino es la abstracción de uno mismo: observarse a sí mismo[12] katà phýsin.

Érgon

Heráclito dice analizar “palabras (epéon) y obras (érgon)”. La diferencia es evidente: según el F. 48: “el arco (bión) tiene por nombre vida (bíon) y por obra muerte”. Es decir, la palabra no designa la obra de la cosa.[13] La obra de cada cosa es, dentro del recorrido biológico, la función, el punto sobresaliente: aquello que una cosa merezca ser destacada con una palabra. Phýsis, entonces, es aquello que rige la constitución, la descomposición y el obrar de cada cosa; es lo que conecta al objeto (separado del resto por su nombre) con lo uno, con el cosmos común mediante la obra, la función, la habilidad; y es, a su vez, lo que permite el nacimiento y lo que proporciona la muerte a cada cosa.

Enfrentemos dos interesantes interpretaciones: KIRK[14] propone como traducción de phýsis ‘the real constitution of a thing’, no sólo para Heráclito, sino también para sus contemporáneos[15], argumentando que en la palabra ‘constitution’ están implícitos la generación y el ordenamiento, mientras que la terminación ‘-tion’ recupera el sufijo ‘-sis’. VERDENIUS4, por su parte, se acerca bastante a la interpretación citada: traduce ‘der wahre Wesen der Dinge’. Ambas interpretaciones tienen algo de cierto: la phýsis de una cosa es, en definitiva, lo esencial. Sin embargo, el problema con Heráclito es que no hay nada esencial, ontológicamente esencial (es decir, como lo comprendemos nosotros) en las cosas. Lo más destacable de cada cosa es a la vez lo que hace a lo común, siendo, en definitiva, una acción, no una substancia. Tanto el uso ‘real contitution’ como el de ‘wahre Wesen’ aíslan lo particular de lo común, de lo uno. Justamente la intención de phýsis es la comunidad. La separación existe, pero sólo a nivel discursivo, ya que dentro del ámbito de lo pragmático cada cosa adquiere importancia sólo al accionarse a favor de lo común, sólo al practicar su obra. Heráclito ve en el mundo una comunidad en el accionar: como hemos leido por doquier, un “lógos o ley común”.

Phýsis remite a ‘naturaleza’ sólo en el sentido de tiempo biológico, es decir, entre la generación y la corrupción.[16] Consideramos que Heráclito ve en las cosas una traslación entre la vida y la muerte, entre el punto más alto de la vida y la putrefacción, el polvo. Este punto máximo es, además de la generación o nacimiento y la corrupción o muerte, una forma de relación con el todo, que es la de tener una función, la de operar en el mundo. La vida no es otra cosa que el hecho de obrar, y la muerte, la cesación de lo mismo.[17] Katà phýsin significa básicamente ‘según su naturaleza (en el sentido explicado) y según su la función de su existencia’[18], en un sentido extratemporal o más bien temporalmente sintético. Cada cuerpo se conecta con Phýsis naciendo, viviendo (que significa ‘accionando’) y descomponiéndose. El análisis según la naturaleza de cada cosa y su razón de ser es un pensamiento de lo más abstracto y sintético, una reflexión acerca del fin práctico y de las condiciones en las cuales ese fin se lleva a cabo.

A continuación indagaremos más profundamente el concepto de ‘función de la existencia’ u ‘obra’. Por ejemplo, el fragmento 48, citado arriba, se suele considerar como una acusación de la presencia en un mismo cuerpo de dos polos opuestos.[19] Sin embargo, lo llamativo aquí es el concepto de obra (érgon). El arco se activa para contribuir a lo uno, a la phýsis ‘común’ en su punto más alto de practicidad. El funcionamiento de cada cosa es su contribución al cosmos.[20] Quizás nos encontremos –aunque no lo parezca- lo bastante cerca de la interpretación tradicional del devenir heraclíteo como para trazar un paralelo. El ‘eterno movimiento’ no es otra cosa que el transcurrir de cada cuerpo, el nacer, obrar y morir en la phýsis, durante la phýsis, si se nos permite. Si cada ‘sujeto’ contribuye a lo común destacándose a sí mismo, el límite, es decir, la diferenciación entre una cosa y otra se hace más visible cuando en realidad están más emparentadas (Cfr. 22 B 75[21]). Porque transcurrir en la phýsis accionándola significa generar el movimiento necesario, el conflicto sucesivo, y desarrollar así la guerra (pólemos), que es padre de todas las cosas (22 B 53).

Lógos

Siendo phýsis el elemento propio de las cosas, ¿cuál es el rango cósmico del lógos? Lógos es, esquemáticamente, lo opuesto a phýsis. La palabra lógos en Heráclito, como bien señalan VERDENIUS y SNELL, es ambigua y también ambivalente.[22] Consideramos que por un lado está el lógos discursivo, y por el otro, el lógos cósmico. El lógos discursivo permite la comprensión del lógos cósmico. Aquí nos ocuparemos especialmente de éste último.[23] El cósmico es, a nuestro entender, el mencionado en el fragmento 1: un lógos siempre existente, del que los hombres nada comprenden. Un lógos según el cual todas las cosas suceden. Un lógos que puede ser escuchado[24]. Ambos lógoi tienen una cualidad en común: el discursivo, así como el discurso, es la herramienta humana (griega) de distinción, con la cual se puede nombrar a las cosas y separarlas conceptualmente, se puede crear un ‘esto’ y un ‘aquello’; el lógos cósmico, a su vez, es aquella fuerza que mantiene la famosa tensión de los opuestos, pero a nivel universal, abriendo el espacio dentro del cual es posible la existencia. Nada puede existir sin guerra, no puede haber guerra sin paz. Por lo tanto, entre la Guerra y la Paz como absolutos, así como entre todos los pares de opuestos, a través de ellos, es donde se da la existencia.[25] Las cosas se desarrollan en un mundo relativo, en el cual no existen absolutos. Lo que es absoluto no es parte del mundo práctico, sino de la armonía invisible[26].

La desmesura aparente y la armonía invisible

En resumen: el cosmos Heraclíteo se divide, por un lado, en una parte permanente (aunque no inmóvil[27]), la del lógos, que, separando conceptual y ontológicamente los opuestos, abre el espacio relativo en el cual está permitida la existencia también relativa. Por otra parte, phýsis es lo que aporta las cosas, la vida y la acción, es decir, aquello que llena de contenido el espacio, el ámbito de la realidad sostenido por el lógos. El tiempo no es nada más que la fatiga de las cosas, inmanente a la phýsis[28]. El espacio en el que se conjugan la acción del lógos con la de la phýsis es la realidad, lo actual y presente. Para facilitar la comprensión de esta cosmología, presentamos el siguiente esquema:

El esquema muestra dos campos: el gris es en el cual se da la realidad aparente, mientras que el blanco es el equivalente a la armonía invisible. Por supuesto, los límites de cada cosa no son estrictamente coetáneos, es decir, no hay que verlos como si se tratara de una línea temporal. Las parejas de opuestos, por su parte, tampoco corresponden a una etapa temporal específica en la “vida” de la cosa. Lo interesante del cuadro es la tensión que lógos determina, y el avance que phýsis comanda, aunque ame ocultarse detrás de cosas que parecen individuos. Toda desmesura recaída sobre un individuo, todo exceso visible para los hombres, tendrá siempre su contrapartida, su contrapeso, en el cosmos.

Traducción de 22 B 1

Sexto Empírico, adv. math. VII, 132:

“Al comienzo del libro Sobre phýsis[29], el varón mencionado, de alguna manera indicando lo abarcante[30], dice: de este lógos[31] que existe siempre[32] faltos de comprensión resultan los hombres, tanto antes de oírlo como al oírlo por primera vez[33]. Pues aconteciendo todas las cosas según el lógos, a inexpertos se asemejan, experimentando palabras y obras[34] como las que yo describo, separando cada cosa según la función de su existencia y describiendo así su estado actual[35]. A los demás hombres se les ocultan las cosas que hacen despiertos[36], así como olvidan las que hacen dormidos”.

Bibliografía y abreviaciones

  • PORATTI, Armando R. Poratti, El pensamiento antiguo y su sombra, EUDEBA, 2000.
  • g KIRK, G. S. Kirk, Heraclitus. The cosmic fragments, Cambridge University Press, 1954.
  • EGGERS LAN, Conrado Eggers Lan y Victoria Juliá, Los Filósofos Presocráticos I, Gredos, Madrid, 1978.
  • VERDENIUS, W. J. Verdenius, Der Logosbegriff bei Heraklit und Parmenides, Phronesis XI, 1966.
  • SNELL, B. Snell, Die Sprache Heraklits, Hermes 61 (1926).
  • Jaeger, The Theology of the Early Greek Philosophers, 1947 (tr. castellana La teología de los primeros filósofos griegos, FCE, 1952).
  • Olof Gigon, Grundprobleme der antiken Philosophie (tr. castellana Problemas fundamentales de la filosofía antigua, trad. por N. Schnait y Z. Szankay, Compañía General Fabril Editora, 1962)
  • Fernando Demaría, Herákleitos, UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL, Rosario, 1957.
  • R. Mondolfo, Heráclito, Textos y problemas de su interpretación, FCE, México,1966.

[1] Ninguno de estos términos de altísima complejidad puede haber tenido una definición original, confeccionada por Heráclito. De haber sido así la habríamos recibido vía Platón, Aristóteles o Sexto Empírico. De cualquier manera, de nada sirve pretender una definición de lógos, por ejemplo, que se encuentre de conformidad con el concepto contemporáneo a Heráclito: el efesio es testigo de su propia oscuridad. Que el lenguaje resulte extraño es, en principio, una carencia de nuestra percepción. La oscuridad original, a nuestro entender, es conceptual.

[2] Los fragmentos que incluyen la palabra, los primeros textos filosóficos que comentan la phýsis como un absoluto, son: 22 b 1, 106, 112 (al que consideramos apócrifo) y 123.

[3] P. 139 El autor, traducido al castellano, traduce phýsis por ‘naturaleza’. Mantendremos la palabra griega para evitar confusiones. De cualquier manera, como bien apunta KIRK, p. 229, “the meaning [of nature] is probably not found before the latter part of the fifth century”.

[4] Sigue: “Phýsis debe entenderse etimológicamente como designación del proceso de crecimiento biológico, con preferencia vegetal”. A esto debemos sumarle la siguiente acotación, que será valiosa más adelante: la cultura griega coloca el punto fuerte del crecimiento biológico (por lo menos, en lo referente al hombre) justo en el medio, es decir, entre la vida y la muerte.

[5] El equivalente latino es –tio y el español es –ción.

[6] “Alcanzar la phýsis” significará ya en tiempos de Aristóteles llegar a la propia maduración, esto es, llegar a realizar todas las posibilidades (DL III, 56: “la tragedia se ha desarrollado desde Esquilo, a través de Sófocles, hasta Eurípides, y ha alcanzado su phýsis en la época de éste último”)

[7] Para una relectura de este texto: phýsis asegura la continuidad de sí misma mediante una lucha librada desde siempre contra la desmesura.

[8] Hoy diríamos “eventos que se naturalizan”.

[9] Cfr. 22 B 90.

[10] Sigo la interpretación, aunque no la traducción de EGGERS LAN.

[11] Si bien la pareja de opuestos vida – no vida no es mencionada por Heráclito, creemos que su existencia puede inferirse de éste fragmento.

[12] Cfr. 22 B 101: “me investigué a mí mismo”.

[13] Cfr. VERDENIUS, pp. 95-6: Im tode (móros) verliert man alles, aber zugleich erlangt man zur Belohnung seinen Teil (moîra) im Jenseits (Fr. 25). Der Name des Affens (kallías) steht mit dessen Hässlichkeit im Wiederspruch (Fr. 82). Das Schamglied (aidoîon) is zugleich das Schamloseste (Fr. 15). Der Dionysoskult ist schamlos (anaidés), aber zugleich dezent, insofern Dionysos mit Hades (Aídes) identisch ist (Fr. 15)“.

[14] P. 228: “The root phy- simply implies existence, and the broad general sense of phýsis (…) is ‘essence’, or ‘nature’, the way a thing is made”.

[15] Lo cual tiene poco sentido. Ver supra p. 1 n. 1.

[16] Cfr. La traducción y el comentario de EGGERS LAN del fragmento 45 (los límites de alma no los hallarás andando, cualquiera sea el camino que recorras; tan profundo es su fundamento (lógos)) : “el alma (psykhé) sería en este caso la vida, el tiempo vital; y los límites de la vida serían el nacimiento y la muerte”.

[17] Cfr. 22 B 29. La “gloria imperecedera” se obtiene llevando a cabo una obra memorable

[18] Hallamos en ‘función de existencia’ una forma no naturalizada ni connotada románticamente de ‘razón de ser’.

[19] Por ejemplo, EGGERS LAN, p. 386, n. 111

[20] Cf. SNELL, p. 661

[21] Toùs katheúdontas ergátas eînai kaì synergoùs tôn en tô kósmo ginoménon

[22] Cfr. PORATTI, p. 43: “… lógos mienta en compleja unidad el fundamento de la realidad, la posibilidad humana de captarlo y el lenguaje que expresa esa complejidad”.

[23] Para esta sección recomendamos “Sobre el lenguaje de Heráclito” en PORATTI, pp. 43-54. La parataxis de la que habla Poratti es lo que nosotros llamaremos “lógos discursivo”.

[24] Cfr. 22 B 50.

[25] La oposición abstracta de estas dos entidades absolutas se da únicamente katà tòn lógon.

[26] 22 B 67 y la anotación de Hipólito: “tanantìa hápanta: hoútos ho noûs” (“Absolutamente todos los opuestos: esa es la inteligencia”)

[27] El lógos es una fuerza latente. No se puede poner al nivel de phýsis, porque se desarrolla entre entidades absolutas, pero tampoco se le puede afirmar una cristalización del tipo metafísico posterior.

[28] El oscurísimo fragmento 22 B 52 puede interpretase por esta vía.

[29] Este título (Sobre la Naturaleza, se suele traducir) se adjudica a prácticamente todas las obras presocráticas. Que Heráclito haya escrito o no un libro es una cuestión ya problemática (Cfr. KIRK, pp. 36-7)

[30] Sigo a EGGERS LAN, p. 353. Tò periékhon, si bien es una entidad cósmica, no puede ser traducido como atmósfera (KIRK, p. 33: atmosphere). De cualquier manera, la interpretación de Sexto Empírico, un lector de Heráclito, vale a nuestro favor: el lógos mencionado en este fragmento es cósmico.

[31] Preferimos mantener la palabra griega, siempre y cuando sea entendida conforme a lo explicado arriba. No haremos lo mismo con phýsis.

[32] Le adjudicamos el aeì a éontos, siguiendo a Diels (Hermes 59 (1924), p. 190 y ss.), Gigon (Untersuchungen zu Heraklit, p. 1 y ss.) y Verdenius (Mnemosyne 13 (1947), p. 279).

[33] Cfr. 22 B 50.

[34] Ver supra, n. 10

[35] El uso hòkos ékhei significa en griego “cómo está”. El estado actual al que me refiero se distingue de la división o análisis según la razón de existencia (phýsis): éste se refiere a la cosa abstraída, aquél al estado presente.

[36] Esto significa: no entienden su propia obra, por más que la lleven a cabo.

1 comentario:

uno dijo...

Me ha llamado la atención el análisis particular sobre el significado de katà physin, incluso creo que se refleja en la necesidad de cambiar la traducción según la naturaleza o naturalmente por un mas preciso 'la función de su existencia'.

Me parece como si se hubiese cambiado la connotación (2/10/09) de la physis llevándola a naturaleza, a mi me suena a agua lo de natural, por ahí va a terminar como coca-cola natural.

Seré un extremista, pero si no se entiende la physis, la filosofía no avanza, porque es la que obra. Daremos mas vueltas aún tratando de entender a Heráclito cuando deberían haber nacidos un par de nuevos Heráclito con tanta inteligencia aplicada en mas dos mil años.

La propuesta es se puede ver el presente, en las ciencias, en la cultura, etc, katà physin?, no porque no existió un desarrollo de la filosofía que pudiese ser aplicada al hombre como factor expansivo del logos. Cada ciencia es solo experimental, no existe unidad, el uno no viene alcanzado. En realidad estamos en presencia de un fenómeno de hybris, que según mi opinión es una deformación 'natural' de la physis que conlleva un proceso destructivo porque si cada uno tiene su propio logos, al final entran en conflicto y cada uno tiene razón aunque todos estén equivocados.

Cali, gracias por el tendedero, si mis cosas no son muy pesadas las colgare con tu permiso, esperando que se sequen (alguien dijo que la humedad no es buena). Disculpen por mi gramática y mi presunción de saber.

Saludos, Lucas